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Bitcoins, ¿la moneda del futuro?

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Bitcoins, ¿la moneda del futuro?
Por: Jordi A. Correa de Alberti

¿Serán los Bitcoins la moneda del futuro o tan solo una moda pasajera? El reciente auge en la cotización del Bitcoin lo ha convertido en un fenómeno internacional. Existe un gran debate en relación a la utilización de este instrumento de pago concebido desde el año 2009 y cuya popularidad aumentó exponencialmente desde el 2012. Para muchos, es la moneda que está cambiando la manera de adquirir bienes y servicios en el mundo y que se ha consolidado como la moneda digital de referencia. Un Bitcoin, es una moneda electrónica encriptada, negociada de persona a persona a través de la internet, sin la necesidad de ser intermediada o respaldada por un banco central, institución financiera o empresa. Es una moneda descentralizada, cuyas transacciones son irreversibles y privadas, ya que no es necesario revelar la identidad de la persona al hacer una compra o venta. En este sentido, esta divisa electrónica se destaca por su seguridad, eficiencia y facilidad de intercambio. No obstante, el Bitcoin es catalogado por los sistemas financieros globales como de alto riesgo por su tendencia fluctuante y por el hecho que ningún gobierno ni banco central lo respaldan. La alta volatilidad observada del Bitcoin ha promediado 120% en los últimos años por su falta de liquidez, con un rango del 50% al 400% en contraste con la volatilidad de las divisas fuertes como el dólar estadounidense, el euro y el yen japonés, principalmente, que tienen una volatilidad implícita de aproximadamente 10%, con rangos que oscilan entre 8% a 20%. Estas fluctuaciones tan exageradas son difíciles de entender, sobre todo porque el número de bienes y servicios que se puede comprar con esta divisa es limitado. Esto sucede debido a que no se cuenta con ningún modelo tradicional que permita conocer o medir mediante la paridad del poder adquisitivo, cuánto vale una unidad de moneda virtual. La falta de un marco legal y de supervisión, es un gran obstáculo para la generalización en el uso de esta moneda, existe una preocupación real relacionada con el uso, gestión y control de esta moneda. En México, adquirir Bitcoins resulta complicado debido principalmente a la falta de confianza por parte del usuario, pero se pueden adquirir a través de mercados virtuales, similares a las bolsas de valores, intercambiando dinero por esta divisa o mediante el intercambio de un bien o servicio por este tipo de activos financieros.
El valor de un Bitcoin depende de la oferta y la demanda, depende del número de personas que lo utilizan pero también ese valor es temporal y puede ser cuestión de tiempo para que su valor estalle como cualquier burbuja financiera en el pasado. Existe una razón de peso para lo anterior, los Bitcoins de alguna manera se han convertido en una rara mezcla entre una moneda y una mercancía donde el valor de un Bitcoin como mercancía depende de su valor como moneda, sin embargo, a medida que su valor como mercancía aumente, menos útiles serán como moneda. En realidad el Bitcoin no se comporta como una moneda tradicional; en términos de su valor de mercado, es mucho más volátil aunque fueron pensados para comportarse como una moneda por su facilidad de uso para pagar bienes y servicios, sobre todo para compras en países diferentes. Aun así, actualmente, Bitcoin es en muchos sentidos el mejor mecanismo de moneda digital, anónimo y criptográficamente seguro. Es por ello que se tiene una gran oportunidad hacia el futuro para aprender de las ventajas de Bitcoin y también de sus desventajas para construir un sistema mejor y más eficiente; un sistema que requiera menos conocimientos tecnológicos para su uso, que crezca de manera orgánica y que su esencia sea un mecanismo de pagos y no un deposito de valor como una unidad de especulación financiera. Es una gran oportunidad para construir un mecanismo que sea adecuado en la era del internet y un catalizador para reformar los sistemas financieros de tal manera que estén al alcance de los individuos y empresas en su totalidad.
En mi opinión, Bitcoin no es el futuro, pero ha servido para alumbrar el camino por delante en cuanto a barreras financieras se refiere. Se necesita de una mayor simplicidad en su funcionamiento para atraer al público general. El protocolo de Bitcoin tiene un inmenso valor intrínseco, es una tecnología que permite que cualquiera pueda enviar dinero a cualquier parte del mundo, virtualmente sin costo. Como inversión no considero que sea recomendable, al menos no por ahora, pero como concepto es magnífico; una moneda global que elimine la necesidad de intermediarios, que reduzca los costos de transacción y en última instancia, la reducción de costos para el consumidor final, haciendo más fácil el comercio global con un suministro limitado, dando como resultado una inflación mínima.

“Si bien los activos virtuales actualmente no presentan un riesgo mayor para el sistema financiero ni para los sistemas de pagos, el Banco de México, en coordinación con otras autoridades, seguirá puntualmente su evolución y sus potenciales implicaciones y, de juzgarse necesario, emitirá la regulación pertinente”, Banco de México.