Esta imagen desmiente un mito común sobre los tsunamis al comparar la percepción errónea con la realidad física de este fenómeno natural. Como puedes ver, las imágenes muestran una ola de 100 cm de altura, pero arriba la ola representa el mito popular, una ola con pequeña curvatura, casi inofensiva, parecida a una ola de playa. Esto refleja cómo muchas personas imaginan un tsunami, una ola alta y rápida que se rompe en la costa.

Pero en realidad, es como la imagen de abajo, la ola es una pared de agua densa, ancha y arrolladora, avanzando horizontalmente como una si fuese una pared sólida. Esto es mucho más cercano a lo que ocurre realmente, ya que los tsunamis no siempre tienen grandes crestas, sino que son oleadas largas con enorme energía que pueden levantar toda una línea costera y arrasar lo que encuentren a su paso.
Un punto clave es no confundir altura con energía, pues un tsunami de apenas un metro puede tener suficiente fuerza para arrastrar vehículos, destruir muros y poner en peligro vidas, porque su volumen, velocidad y continuidad son devastadores.

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