Mensaje de S. E. Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C.
DICHOSOS LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO
Mensaje de S. E. Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C.
07 de abril de 2013
1. La fe es creer lo que no vemos para un día ver lo que creemos. Y en eso consiste la mayor dicha de la fe. A esa dicha se le llama visión beatífica. En eso consiste el cielo. Ver a Dios y gozar de Él eternamente al contemplando en su belleza divina insospechada. Cuando todos nuestros sentidos corporales queden suspendidos y ya no tengan objeto que les llene, entonces sólo quedará nuestra alma y lo único que ella anhelará con todas sus fuerzas será ver a Dios y poseerlo. Entonces Dios lo será todo en todos. Y no podrá haber dicha más grande que la visión beatífica.
2. Pero en esta tierra también nos hace dichosos la fe. La alegría de la fe comienza con la paz del corazón. El corazón del hombre sufre de inquietud pero cuando descansa en Dios encuentra la paz. El corazón del hombre tarde o temprano sufre las tribulaciones, traiciones, decepciones, apuros y amarguras de la vida terrena pero si se abre a la fe y confía en Dios, si acepta el amor providente de Dios, si descubre la presencia de Dios en su vida, todo cambia. Si no se abre a la fe en Dios, la tristeza y la amargura pueden anidarse en su corazón. No es lo mismo creer que no creer pero el hombre es libre para aceptar o rechazar a Dios en su vida.
3. La fe nos hace dichosos porque nos muestra la verdad de Dios y de nuestra vida. Encontrar la verdad del sentido de nuestra vida y poseer esa verdad nos llena de inmensa alegría. La fe es una gran luz que ilumina las tinieblas de nuestra existencia y así podemos caminar con seguridad en medio de las dudas y de los cuestionamientos y ataques de la increencia. La fe fue la gran luz y la gran fuerza de su peregrinar por la tierra de aquellos grandes hombres que aparecen en la biblia desde Abraham y Moisés, pasando por los profetas y llegando a los Apóstoles.
4. La fe nos hace dichosos porque lo que en el fondo creemos es en el amor. Creemos que Dios es amor y que nos ama infinitamente a cada uno en particular no porque somos buenos sino porque Él es bueno. No hay persona más feliz que la que se siente inmensamente amada.
+ Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C.
Obispo Prelado de Cancún-Chetumal
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